lunes, 6 de octubre de 2014

LA NUEVA OPORTUNIDAD DE LA IZQUIERDA


LA NUEVA OPORTUNIDAD DE LA IZQUIERDA

Después de estos resultados electorales es necesario un autoanálisis, una autocrítica de los sectores políticos de Izquierda que proclaman representar a la ciudadanía pero… ¿en base a qué? ¿En base a banderas de lucha meramente sindicales? ¿En base a ideologías socialistas marxistas que no calan o no son entendidas por la población objetivo? ¿En base a una reivindicación de las protestas y reclamos populares que no se traducen en votos? ¿Pretende la izquierda siempre ser la purista ideológica enclaustrada en debates de 4 paredes?

La Izquierda tiene mucho que aprender en el ajedrez político, ajedrez que adrede ha sido programado para beneficiar a quienes ven en la política como un proyecto personalista, la oportunidad más grande de mermar del dinero estatal y de beneficiar a sus padrinos empresariales. Este ajedrez tiene sus reglas, pero admite estrategias, y hay que ser muy estrategas para ganar el juego.

Tiene que aprender a ser “popular” sin perder su identidad. No basta ser radical, sino despojarse de discursos que hagan recordar al de la oveja negra de la familia (el senderismo), y para eso tiene que diferenciarse diametralmente de ellos. Digo, si es que desea tener participación en el poder.

Tiene que ser nacionalista en su propuesta ya que el gobierno de turno ha perdido (o expectorado) dicha línea. Un buen comienzo sería difundir la necesidad de implementar el Plan de Gobierno “La Gran Transformación” Versión 2016 (o 2.0).

Tiene que renovar a sus dirigentes con JUVENTUD, GÉNERO e INVESTIGADORES. Es inviable ver dirigentes eternos. Si ellos fueran conscientes deben dejar sus pequeños feudos y dar un paso al costado y quedar como asesores o segundos. Su entornillamiento con soldadura autógena aleja a los nuevos cuadros. Si se niegan a irse, tiene que expectorarlos o mantenerlos en la congeladora política.

Tiene que ser técnica, didáctica y pedagógica en su propuesta. El ciudadano sabe diferenciar una buena idea de una mala, solo necesita tener confianza en quien la presenta. Y para eso:

Tiene que presentar un buen candidato. Un EXCELENTE candidato(a). Toda organización se construye en base a ideas, pero la cohesión la dan los líderes. Aun vivimos en caudillismo, y pasarán 2 o 3 generaciones para poder salir del mismo, pero mientras tanto la Izquierda puede presentar “un buen caudillo” mezcla de líder, técnico, guía espiritual y juventud… Y sin “anticuchos”. Y que convoque a las fuerzas (y no las destruya).

Tiene que comprender la psiquis popular. La ciudadanía en su gran mayoría está alejada de conceptos políticos, ideologías y planes programáticos. La ciudadanía vive sus problemas, su día a día, sus pesares, sus alegrías. No puede estar alejada de los mismos si dice representarla.

Tiene que educar a la ciudadanía (y mucho). Y esto gracias a que sistemáticamente los gobiernos de turno (especialmente el fujimorismo) han contribuido (planificadamente) al embrutecimiento masivo de la población, empezando desde la educación pública (banalizando la currícula escolar y universitaria, quitando todo tipo de cursos de análisis de la realidad nacional, fomentando la creación de universidades de dudosa reputación) y culminando en la entrega total del espectro radioeléctrico de administración estatal a los medios de hipnotización que “educan” a nuestra juventud (a falta de padres que trabajan o que no existen) con programas de TV que bajo el rubro de “entretenimiento” apelan al morbo y excitación de la teleaudiencia sin reparar en edades.

Tiene que identificar a los líderes populares e infundirles conceptos políticos si desea tener arraigo. Avanzar con los movimientos no políticos, no partidarizados.

Tiene que quitarse el estigma de “amargada” y “resentida”. Con una campaña que transmita confianza, alegría, esperanza. Esto es vital para una ciudadanía harta de insultos, ataques y petardeos, y que vota en su desesperación como vota.

Tiene que correr contra el tiempo. 2016. 2018. 2020. Presidenciales-congresales, municipales-regionales, presidenciales-congresales. 3 tiempos.

En conclusión: Tiene que saber ganarse a Lima, Lima la masa, tan heterogénea, tan poco comprendida. Y para eso tiene que sintonizar con ella, manteniendo su identidad, sin venderse. Una izquierda amplia pero con personalidad. Una Izquierda Progresista. Sino seguirá teorizando sobre la lucha de clases desde la ventana. No hay otra.

Gilberto Huamán Reátegui 
Ingeniero Geógrafo CIP 75495
@sapainka

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